Milei provocará cambios en el equilibrio de fuerzas regional, comenzando por Mercosur y la CELAC, e incluso en la OEA

Carlos Malamud, Catedrático de Historia de América de la UNED, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, España, vaticina que la elección de Javier Milei como presidente de Argentina se vivió como un hecho divisorio, tanto dentro como fuera del país. La mayoría de las opiniones se situaron en ambos extremos, sin conocer un término medio. Tampoco se hizo ningún esfuerzo por introducir matices y grises allí donde solo estaban instalados el blanco y el negro, de modo que lo que para unos era una gran oportunidad, para otros un absoluto desastre”.

 

El prestigioso académico precisa-en un trabajo de opinión publicado el pasado 12 de diciembre por el diario Clarín de Buenos Aires- que “en la CELAC y en la OEA, todo indica un mayor alineamiento con EE.UU. y una condena más firme de las violaciones de los derechos humanos por parte de los regímenes dictatoriales de Cuba, Nicaragua y Venezuela”.

 

El también escritor Carlos Malamud, autor del libro Historia de América, describe a “América Latina como una región fragmentada y la fragmentación cruza la región en varias direcciones, sin establecer bloques políticos o ideológicos bien definidos. Esto afecta, por supuesto, las relaciones intrarregionales, atravesadas por intereses contrapuestas y contradictorios”.

Para OGAL es de interés este análisis de Carlos Malamud y consideramos conveniente reproducirlo para nuestros lectores.

LA LIBERTAD VS EL COMUNISMO

Entre los primeros, los críticos acérrimos del Foro de São Paulo y del Grupo de Puebla, el triunfo de Milei también era el triunfo de la libertad y una derrota absoluta del comunismo latinoamericano y el inicio de una senda triunfal.

 

Para los segundos, más preocupados por el avance neofascista o neonazi, fue un duro golpe contra la democracia (argentina y latinoamericana), recordando el precedente Bolsonaro. Por eso, hay que estar pendientes de los riesgos inminentes, que solo pueden aportar calamidades adicionales.

El nuevo presidente argentino y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, se fundieron en un abrazo a la salida del Congreso.
El nuevo presidente argentino y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, se fundieron en un abrazo a la salida del Congreso

LA GUERRA CULTURAL

De ambos lados de la grieta se encuentran aguerridos cruzados de la “guerra cultural”, la renovada herramienta política e ideológica que sirve para descalificar al otro y obturar cualquier diálogo posible.

 

Una guerra que convierte al adversario político en enemigo. Y, ya se sabe, al enemigo ni agua, solo combatirlo y eliminarlo. A partir de tal premisa, el valor tradicional de la política en cuanta solución negociada de los conflictos queda relegada a un lugar imposible. Si abundan las descalificaciones, sobran las palabras y los argumentos.

LOS IMPACTOS DEL TRIUNFO DE MILEI

Más allá de las opiniones absolutas, la presencia de Milei provocará cambios en el equilibrio de fuerzas regional, comenzando por Mercosur y la CELAC, e incluso en la OEA. Hay dos cuestiones sobre Mercosur que merecen ser consideradas, como la relación con Brasil, esencialmente con el presidente Lula, y el Tratado de Asociación con la Unión Europea (UE).

 

El encuentro de Diana Mondino, ministra de Exteriores in pectore en Brasilia, con su par brasileño evidencia la voluntad de ambas partes de reconducir una relación que empezó con mal pie. La invitación a Jair Bolsonaro para acudir a la toma de posesión de Milei solo sirvió para crispar aún más un clima de por sí bastante enrarecido.

 

Es de esperar que las declaraciones de Mondino de comienzos de octubre se hagan realidad y que Argentina sea “un país con sentido común”. Será importante que Daniel Scioli, con buen acceso al gobierno y al establishment brasileño, continúe como embajador.

 

De todos modos, el presidente electo deberá elegir entre el cariño a sus amistades particulares y la defensa del interés nacional, ya que una vez en la Casa Rosada será más difícil cruzar determinadas líneas rojas.

EL DESTINO DE MERCOSUR

Otra cuestión importante es el cierre del Acuerdo de Asociación Mercosur – UE. Si se confirmaran los avances recientes y se dejaran definitivamente atrás la mayoría de las pulsiones proteccionistas que impedían concluir con más de 20 años de negociaciones interminables, la firma del Tratado sería un logro para todas las partes.

 

Para el nuevo gobierno argentino, comenzar su mandato bajo el signo del Acuerdo sería un importante espaldarazo, y para ello valdría la pena que aquí también primaran las palabras de Mondino sobre el sentido común.

Miles de personas esperaban a las puertas del Congreso para ver y escuchar al nuevo presidente de Argentina, Javier Milei.
Miles de personas esperaban a las puertas del Congreso para ver y escuchar al nuevo presidente de Argentina, Javier Milei. REUTERS

LA CELAC Y LA OEA

En la CELAC y en la OEA, todo indica un mayor alineamiento con EE.UU. y una condena más firme de las violaciones de los derechos humanos por parte de los regímenes dictatoriales de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

 

Sin embargo, es posible que en lo relativo a otros gobiernos progresistas, como los limítrofes de Chile y Bolivia, la relación sea más compleja pero más beneficiosa para ambas partes.

 

Tanto Gabriel Boric como Luis Arce felicitaron a Milei, le desearon éxitos en su gestión y es probable, aunque todavía no está confirmado en el caso de Arce, que viajen a Buenos Aires el 10 de diciembre.

 

Más allá de los floridos intercambios retóricos, que hablan de un claro alineamiento de unos contra otros, de buenos contra malos, el futuro pinta más monótono, más propenso a buscar ciertos acuerdos, pero también algunas contradicciones.

A la toma de posesión acudieron diferentes líderes mundiales, como el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que en esta imagen se le ve hablando con su homólogo chileno, Gabriel Boric, bajo la mirada del presidente de Ecuador, Daniel Noboa.
A la toma de posesión acudieron diferentes líderes mundiales, como el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que en esta imagen se le ve hablando con su homólogo chileno, Gabriel Boric, bajo la mirada del presidente de Ecuador, Daniel Noboa. REUTERS

LAS RELACIONES DE AMÉRICA LATINA Y WASHINGTON

América Latina es una región fragmentada y la fragmentación cruza la región en varias direcciones, sin establecer bloques políticos o ideológicos bien definidos. Esto afecta, por supuesto, las relaciones intrarregionales, atravesadas por intereses contrapuestas y contradictorios.

 

Milei podría tener buenas relaciones con el presidente A y pésimas con el B, ambos próximos al Grupo de Puebla o, incluso, al bolivianismo, pero esto no significa que comulgue con los puntos de vista de A y rechace los de B.

 

Por el contrario, solo supondría que a partir de tal decisión habría puesto los intereses nacionales por encima de la confluencia ideológica. Obviamente, de ganar Donald Trump el próximo noviembre, el acercamiento a Washington podría desarrollarse desde una dimensión mucho más desconocida.

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